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lunes, 22 de abril de 2019

Acaso no llegarás a Viejo...

 ¿Por qué hoy día los ancianos son despreciados por propios y extraños?


Cuando se nos olvida como va la ley de la vida; somos despectivos con nuestros ancianos, nos hacemos de la vista gorda, los enviamos a las instituciones con tal de apartarlos de nuestro camino; lo peor de todo, terminamos olvidándonos de ellos.


Una reflexión para aquellos hijos que al llegar a la adultez, sus propios padres les molestan, dejándolos sin una gota de cariño a merced de cuidadoras que no se dan abasto...






No hay otra cosa más hermosa, que mantener a la familia cerca; aunque este cada quien en su propio espacio, seguimos teniendo la libertad de verlos tanto como se puede y deseas...


Cierto, muy cierto ese fragmento; lo mejor que la vida les ofrecer, es tener las personas amadas al alcance de la vista, de una sincera sonrisa, de la calidez de un abrazo o una bienvenida muy bendecida. 

No obstante, la mejor época para ellos es cuando somos niños; ya que en dicha etapa, recibimos lo mejor de nuestros ancianos; el tiempo libre gracias a la jubilación, la comprensión y los mimos complacientes, sobre todo el apoyo que como padres no ofrecieron; quizá sea, por el hecho de estar abrumados ante las responsabilidades laborales, sociales y religiosas; mismas que ante la vejez van mermado cada vez más.

Sin embargo, a medida que crecemos olvidamos cuan importante han sido ellos en nuestras vidas, cometiendo el error de no valorarlos, dando prioridad a los supuestos amigos que por razones de envidia en la mayoría de los casos terminan en traición... 

Sí priorizando las reuniones sociales externas, pasando el tiempo entre amigos acompañados de las copas. Cuando lo mejor de la vida es hacer todo ello con la familia y allegados sinceros;  donde las risas de buenos recuerdos no paran, pues las aventuras y vivencias permanecen muy dentro del pensamiento y el corazón.




 Hoy día, hay muchos ancianos que sufren en soledad las penurias propias de su edad; pues, ha sido abandonados por hijos e hijastros, hombre y mujeres que siguiendo la ley de la vida, se retiran a crear su propio entorno, dejándolo en el más abrumador olvido, ya que ni una visita se atreven hacerles. Incluso aquellos que por diversas razones no dejaron descendencia, abrigando en sus corazones algún sobrino favorito tal como si fuera su propio hijo.

No sabría decirle, si el crecimiento de los ancianos deambulando en las calles o viviendo en una casita tétrica y oscura; no podría afirmar si todo ello se deba, a una situación de mala educación, mal agradecimiento o egoísmo de los individuos o sociedad actual.

"Hoy lo dejo a su criterio, con la esperanza que pueda sacar o deducir su propia conclusión; al final del razonamiento estoy ciento por ciento segura que le hará reflexionar y vendrá a tu mente algún caso vivido o conocido"


Pero la realidad, es que mucho ancianos en su interminable soledad y avanzada edad, se van a la calle con toda sus dolencias, pues la vida continua y hay que bregar; apostados en alguna banqueta de un bulevar, vendiendo cualquier cosilla, llevando a fuerza un carrito de helados, o simplemente sentados en una esquina pidiendo una limosna; todo para comprar el pan que ha de alimentarlos, algún medicamento para calmar dolores, otros porque están criando nietos de hijos vagabundos y desvergonzados que les han entregado. 

Lo peor de todo, es que nos hacemos de la vista cuando los tenemos cerca, sí, si los  miramos con indiferencia, incapaces de detenernos a pensar si nuestra mala cabeza, por aras del destino o el situación propia del infortunio, vayamos a vernos a una situación similar, porque lo material viene y se va sin darnos cuenta.

"Porque la vida, nadie la tiene comprada" 




Por otro lado, algunos ancianos llegan a ser cobijados en el seno de la familia, personas buen criadas donde el amor es el vinculo más poderoso que hay, Agradecida con la vida por formar parte de una de ellas, crecer abrazando a mis ancianos, con su respectivo olor de experiencias por vivir la vida procurando el bien a su familia, y entregar al mundo a sus hijos con firmes valores de amor, unidad y fraternidad para diferenciar el bien del mal.

Familias unidas que aprecian las cosas simple de la vida, que son felices con poco o mucho, que luchan  por hacerse de tiempo entre sus aturdidas labores, para compartir con sus amados ancianos. 

El sencillo hecho de demostrarles amor sincero a nuestros mayores es lo que ellos mas desean. Algo tan minúsculo, como darle un momento para compartir un café posterior a las bendiciones de bienvenida, al disfrute de las risas de los cuentos y aventuras de ellos cuando eran jóvenes.

Si, hermosas personas cuya vejez está llena de vivencias y sabiduría, sobre todo siempre dispuestas a cobijar a los descendiente, aconsejarle y apoyarle  sin importar la circunstancia. Perdonas que vivieron dando amor y gozan de una vejez recibiendo ese mismo amor...

Porque el amor, la buena educación y la unidad familiar crea personas felices...


Espero puedas mirar más allá de las palabras, solo eso nos hace mejores seres humanos... Disfruta la lectura y hasta la próxima.


Denny Peñalver
Sublime y Dócil Dennoe Han

Historias, cuentos, poemas, relatos.

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