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domingo, 18 de junio de 2017

Aun recuerdo tu carita


Cuando pierdes a alguien a temprana edad, por alguna enfermedad inesperada, el dolor se rehúsa a salir de tu alma.

Poema en prosa, en memoria de mi querida primita Edgary, perdió su vida a causa de la leucemia aun siendo una niña. 


Tomada de imágenes Google

Aun recuerdo su carita sonriente, cual rocío mañanero en primavera.Fue una rosa enamorada de su aroma y su color, de tiernas y cálidas manitas regordetas; su suave tez sonrosada, no menos linda y delicada de su impresionante apariencia aterciopelada.

La niña más hermosa del barrio, un ángel a la tierra enviada, para sacar mil sonrisas a todo el que se le cruzara, envidiada por algunas y  por amada muchos otros; deseada por ciertas madres queriendo emparentarla, no por la riqueza, pues no poseemos nada.

Era una niña que ni siquiera a la adolescencia llegaba,  las familias más preponderantes del pueblo por ella se peleaban, con sumo descaro sólo en la progenie pensaban. 

Su indescriptible belleza, aun no era del todo aceptada, era increíble ver un rostro tan perfecto, despertando la curiosidad de todo el que llegaba al pueblo. Cómo podría existir un este mundo un ser humano tan deslumbrante, lo que ninguno de nosotros, fue capaz de imaginar, que aquella chiquilla de rostro angelical, sus días en la tierra pronto habrían de acabar.

Así como llegó a nuestras vidas un día primaveral, al cabo de once años su vida habría llegado al final, en un suspiro desdeñoso su frágil cuerpo se marchitó, a raíz de un mal desarrollo su espíritu sucumbió, y al cabo de un tiempo su cuerpo desapareció, dejando un profundo hueco en los corazones de aquellos que se nutrieron robando mil sonrisas de nuestro angelito tierno.

Sí, un angelito tierno prestado por Dios a nuestra familia, por un tiempo maravilloso que nuestras vidas iluminaron.  Cumplió su misión con premura y grandes lecciones de amor, unión y respeto dejo, y con gran ilusión de su madre borró todo dolor. 

A sabiendas de su corto destino, no dejó de sonreír ni en su último suspiro.  Con la última sonrisa que sus agrietados labios esbozaron, le suplicó a su progenitora un último favor, pues su más preciado sueño solicitó.

            “Madre de mi vida y mi corazón, se valiente y ármate de valor; no permitas que mi padre destroce nunca más tu corazón, se libre y busca tu destino en el verdadero amor"

Angelito tierno, angelito de mi corazón, gustosa sacrificó su vida, cabal e inocente; en un instante su espíritu voló y su vida se extinguió, tierna y sublime en su boca una sonrisa quedó. 

Hoy es feliz a su modo, tal vez eso solo lo sabe Dios.... Aunque no soy adivina, no es difícil inferir, que para su regreso a la vida con vehemencia a nuestro señor le pedí, que aquel hermoso angelito que un día conocí, nazca en un hogar dulce donde pueda coexistir, lo que en un nuestro tiempo no tuvo chance de vivir...
  

En memoria de aquellos angelitos que duran poco en nuestro camino

Aun te recuerdo tu sonrisa, cuando te decía que serias la próxima Miss Universo venezolana...

Denny Penalver
Sublime y Dócil Dennoe Han




Historias, cuentos, poemas, relatos.

2 comentarios:

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